Recientemente estuvimos en Marrakech y nos volvimos con una lección de marketing imprescindible para aplicar en nuestros proyectos de locales comerciales. Muchas veces los arquitectos o interioristas nos dejamos llevar más por un estilo o un razonamiento reiterativo que por una idea de marketing clara cuando, no nos engañemos, lo que realmente quiere nuestro cliente es vender. El marketing en el diseño de locales comerciales es fundamental, y en ocasiones no basta con un diseño más o menos acertado de la disposición de los productos.
Esta claro que cuantas más sensaciones transmitamos sobre lo que vendemos más seremos capaces de vender y estas sensaciones empiezan por un diseño acertado de tu negocio, bien sea un lugar físico, o uno virtual como una tienda online. Y es que tu producto lo es todo y no debe solo estar visible sino perceptible, al alcance de la mano y dispuesto para ser probado. No se si me explico. Hay comercios que dan ganas de comérselos como si se tratara de la casa de Hansel y Gretel, otros sabemos que están ahí antes ni siquiera de verlos, solo por su olor vamos directos a comprar como hipnotizados. En el sutil juego del diseño de tiendas y locales comerciales gana el que sin ser estridente de una imagen clara y equilibrada de lo que vende, atrapando los sentidos del comprador irremediablemente.
¿Que vendo en mi tienda y cuanto cuesta?
La cosa está clara, a día de hoy solo un 8,5% de las personas que buscan algo en Google pasan de la primera página, es decir, si estamos en la segunda no existimos. Esto es extrapolable a la vida real, la visibilidad es importante y normalmente va ligada a la calidad. No queremos esforzarnos demasiado, no se si google es el culpable, pero lo cierto es que hay que causar impresión de primeras y captar visitantes. En Marrakech son unos maestros de esto, en el zoco de esta ciudad tu tienda es tu producto, y todo lo demás sobra, si no trabajas el diseño de tu tienda tanto como tu vecino el turista embriagado de sensaciones no va a verte. Lo que es lo mismo, cuanto más facilitemos al cliente la labor más posibilidades tenemos de que compre algo, o mejor dicho, más clientes estarán interesados en perderse entre nuestras estanterías. Y es que podemos tener una tienda virtual o real con un diseño impresionante pero si no nos visita nadie es mejor no tenerla.